Los huesos son fundamentales para el cuerpo humano no solo porque nos permiten movernos sino que también protegen los órganos y ayudan a que no se lesionen. Cada día se renuevan: el cuerpo reemplaza las células viejas que los forman y fabrica células nuevas por lo que son un tejido vivo en constante regeneración.
Hasta la edad adulta, la formación de tejido óseo es mayor que la destrucción, pero, a medida que el cuerpo envejece eso va cambiando y los huesos se debilitan. Además de la edad, hay otros factores de riesgo que no se pueden controlar como la genética o el género, mientras que hay otros factores externos como el tabaco y el alcohol que aumentan la probabilidad de que nuestros huesos sufran.
Las fracturas suelen ser debido a la osteoporosis, una enfermedad que debilita la densidad y la calidad de los huesos, los vuelve más porosos ya que hay más aire en su interior y hay más riesgo de padecerlas. Es un problema a nivel mundial ya que cada 3 segundos se produce una fractura por este motivo que ya afecta a más de 300 millones de personas.
Los huesos son fundamentales para el cuerpo humano no solo porque nos permiten movernos sino que también protegen los órganos y ayudan a que no se lesionen. Cada día se renuevan: el cuerpo reemplaza las células viejas que los forman y fabrica células nuevas por lo que son un tejido vivo en constante regeneración.
Hasta la edad adulta, la formación de tejido óseo es mayor que la destrucción, pero, a medida que el cuerpo envejece eso va cambiando y los huesos se debilitan. Además de la edad, hay otros factores de riesgo que no se pueden controlar como la genética o el género, mientras que hay otros factores externos como el tabaco y el alcohol que aumentan la probabilidad de que nuestros huesos sufran.
Las fracturas suelen ser debido a la osteoporosis, una enfermedad que debilita la densidad y la calidad de los huesos, los vuelve más porosos ya que hay más aire en su interior y hay más riesgo de padecerlas. Es un problema a nivel mundial ya que cada 3 segundos se produce una fractura por este motivo que ya afecta a más de 300 millones de personas.
La especialista dijo que otro nutriente que juega un papel esencial en nuestros huesos es el magnesio, que también forma parte de la composición de dichos huesos y regula la absorción de calcio. El magnesio lo podemos encontrar, entre otros, en el arroz integral, cebada, espinacas o almendras.
Por otro lado, la vitamina K también es importante en nuestra salud ósea porque la proteína mayoritaria de nuestro esqueleto (osteocalcina) se “alimenta” de dicha vitamina. “La vitamina K la podemos encontrar sobre todo en vegetales de hoja verde y en los kiwis”, señaló Colomer.
Los once alimentos que fortalecen nuestros huesos
Leche, yogur y queso. El calcio es el mineral más abundante de nuestro cuerpo y es fundamental para nuestro organismo, ya que interviene en varias funciones, entre ellas, contribuye al funcionamiento normal de los músculos y es necesario para el mantenimiento de los huesos y dientes. La ingesta diaria media de calcio debe estar en torno a los 1.000 miligramos en adultos sanos, y los alimentos que más calcio tienen son la leche, el queso y los yogures naturales.
Salmón. El salmón es un pescado azul repleto de beneficios, es fuente de vitamina B3, que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso, vitamina A, vitamina B12, es rico en zinc, hierro, potasio, fósforo, yodo y vitamina D que, entre otras funciones, contribuye a la absorción y utilización normal del calcio y el fósforo y al mantenimiento de los huesos en condiciones normales. El salmón también es importante por su alto contenido en Omega-3. Su consumo en cantidades adecuadas y en una dieta saludable contribuye a mantener la salud cardiovascular y la visión. Entre los 40 y 60 años, la mayoría pierde un 20% de masa muscular y esto provoca que los huesos puedan fracturarse más fácilmente. Por ello, es importante incluir alimentos nutritivos y mantener un estilo de vida activo para cuidar nuestros músculos y huesos. La forma más popular de comer este pescado es a la plancha o al horno.
Pollo. El pollo es una de las carnes que contiene más proteínas de alto valor biológico, cuenta con todos los aminoácidos esenciales. Junto con el conejo, es una de las carnes magras que más proteínas posee. Este alimento es fuente de proteína que contribuye a aumentar y conservar la masa muscular así como al mantenimiento de los huesos durante la actividad diaria, especialmente en períodos en los que buscamos que nuestra masa muscular sea mayor. Además, es fuente de vitaminas como la niacina y la vitamina B6.
Almendras. Las almendras son una fuente de proteínas, fibra, vitaminas y minerales, tienen gran poder antioxidante gracias a su aporte de vitamina E. Además, tienen calcio, magnesio y fósforo, minerales que contribuyen en el mantenimiento de los huesos y dientes por lo que son un snack ideal para llevar a practicar deporte o a rutas de montaña. Además, al tener también hierro ayudan al normal funcionamiento del sistema nervioso. Tomar un puñadito diario es muy bueno para la salud. También se pueden picar y echar en guisos, postres y ensaladas.
Sardinas. Las sardinas son uno de los alimentos más completos, contienen numerosos nutrientes y beneficios. Poseen vitaminas, hierro y yodo, también son ricas en Omega-3 que contribuye al funcionamiento normal del corazón que bombea el oxígeno para los músculos. Tienen calcio que mejora la calidad de los huesos, pero no solo eso, sino que también son abundantes en vitamina D que fortalece el sistema inmune y es fundamental para la absorción del calcio. Las sardinas se pueden comer al horno o a la plancha, pero no hay que abusar de las que vienen en lata. Y por si fuera poco, también son fuente de yodo, potasio, selenio, fósforo, niacina y vitamina B12.
Espinacas. Las espinacas son fuente de proteínas, fibra, hierro, potasio, folatos, calcio, vitamina C, A, E y b-carotenos. En cuanto a los minerales, es destacable el ‘hierro no hemo’ que se absorbe con mayor dificultad que la forma ‘hemo’ existente en la carne y sus derivados. Sin embargo, esta verdura contiene vitamina C, que mejora la absorción del hierro. El hierro ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga, un síntoma típico cuando existe debilidad articular o muscular. Es preferible tomarla cruda, ya que posee luteína que al cocinarla pierde la mayor parte de sus beneficios. En ensaladas o batidos es la mejor opción.
Semillas de sésamo. Las semillas de sésamo son fuente de minerales, vitaminas, fibra, proteínas, fósforo y por supuesto calcio, mucho calcio. Tienen ácidos grasos insaturados, ácidos grasos poliinsaturados, fibra, hierro, zinc, potasio, fósforo, tiamina, niacina, vitamina B6, folatos, magnesio y vitamina E. Son conocidas por ser las pepitas que tienen los panes de hamburguesa, pero la mayoría de la gente desconoce que son uno de los alimentos que más calcio posee. Por este motivo, resultan tan buenas para los huesos y para la salud en general. Además, su alto contenido en fibra, favorece la salud digestiva. Se pueden utilizar para preparar galletas, panes, ensaladas y acompañar cualquier postre. Otra opción muy sana es tomarlas solas, por la mañana con un vaso de agua. Se dejan hidratar en agua la noche anterior y se consumen al día siguiente.
Naranjas. La naranja contiene vitamina C que es buena para los huesos ya que favorece la formación de colágeno y, además, la vitamina C contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario. También contienen importantes cantidades de ácidos hidroxicinámicos, ferúlico, caféico y p-cumárico, compuestos con actividad antioxidante, que pueden ayudar a ralentizar el envejecimiento que afecta a la fragilidad de los huesos y articulaciones. Se pueden tomar en jugo, ensaladas, en rodajas o combinadas con otras frutas en una ensalada.
Aguacate. El aguacate tiene muchísimos beneficios para la salud debido a su composición, es fuente de vitamina E, un potente antioxidante que el resto de las frutas apenas contiene, vitamina C y vitamina B6. La vitamina C contribuye a la formación normal de colágeno para el funcionamiento normal de los huesos y la vitamina B6 ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga. En cuanto a los minerales, es fuente de potasio, el cual contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos.
Avellanas. El otoño es la época en la que se recolecta gran parte de los frutos secos, entre ellos, la avellana. Este fruto seco, además de aportar energía, es muy nutritivo. Es fuente de vitaminas como la niacina, la tiamina y la vitamina B6 que contribuyen al metabolismo energético y de minerales como el calcio, imprescindible en la salud de los huesos, el hierro y el potasio. Este último, es muy interesante ya que contribuye al funcionamiento normal de los músculos. Se pueden comer avellanas como tentempié o añadirlas en nuestras recetas favoritas como ensaladas o cremas.
Coles. Las coles son un alimento rico en vitamina C, potasio, que contribuye al funcionamiento normal de los músculos, y calcio, fundamentales para la salud en general, y especialmente para los huesos. De las reservas de calcio que posee el cuerpo, el 99% se encuentra en los huesos y dientes. Si no se consume suficiente calcio, el cuerpo obtendrá este mineral de los huesos, por lo que es muy importante consumir alimentos ricos en calcio, como las coles. Se pueden consumir de distinta manera, al vapor como el brócoli, en sopa como el repollo o gratinadas como la coliflor.