La frase «Seppuku en masa» era demasiado negativa. Por eso el profesor Yusuke Narita, de la Universidad de Yale, dejó de utilizarla para definir su propuesta para terminar con el envejecimiento crónico de Japón. Aún así, su idea no deja de ser tan chocante como radical.
En la opinión de este profesor de economía, la «única solución» para corregir el drama demográfico de Japón pasa porque una buena parte, sino todos, de los ancianos del país cometan un suicidio masivo.
El país más envejecido del mundo. El problema de Japón es bien conocido. Los datos oficiales no dejan lugar a dudas. La tasa de natalidad, de 1,3 nacimientos por mujer, es una de las más bajas del mundo. A esto se une una baja mortalidad, lo que provoca que sea el país con la población más envejecida, donde el 28% de la población tiene mas de 65 años.
Sin solución a la vista. Hasta la fecha se habían propuesto todo tipo de soluciones, desde una IA estatal para encontrar pareja hasta dar ayudas de 2.000 euros, pasando por todo tipo de tecnologías. Sin embargo, ninguna de estas soluciones parece haber cambiado la tendencia. Y aquí es donde Narita cree que solo existe una solución efectiva.
Seppuku. En el canal de Youtube Abema, durante el documental sobre el futuro de Japón, el profesor hace referencia a esta práctica asociada al bushido, el código moral de los samurái, donde se aconseja el seppuku como método para morir de manera honorable.
El Dr. Narita describía inicialmente su idea basándose en una escena de ‘Midsommar’, película de folk-terror de 2019 donde una secta sueca envía a uno de sus miembros ancianos a suicidarse saltando desde un acantilado.
Esto derivó en una propuesta de eutanasia a nivel nacional. Y no solo como algo optativo, sino que en palabras de Narita, «aparecerá en la discusión […] la posibilidad de que sea obligatoria en el futuro».
¿»Solución única»? Los paralelismos son tan claros como preocupantes. Esta idea de «solución única» recuerda a aquello de «solución final» de los nazis. El concepto de eugenesia generalizada no es precisamente nuevo y ya hemos visto algunos ejemplos como el de Suecia a principios del siglo XX. En Japón es un tema recurrente, debatiéndose incluso en series tan populares como Shingeki no Kyojin.
Una idea demasiado extrema, pero efectiva para el debate. En una entrevista con el New York Times, Narita ha matizado algunas afirmaciones que dice que fueron sacadas de contexto, pero sus declaraciones han tenido mucho impacto. ¿Dónde? Precisamente en el target más preocupado sobre este problema: los jóvenes japoneses.
No ha sido el bagaje de este profesor el que ha provocado el revuelo, sino haber enfocado el problema sin pelos en la lengua, lo que ha generado una mayor viralidad. El propio Narita se define en su biografía de Twitter como un provocador, aunque ha entendido la parte negativa. “Debería haber sido más cuidadoso con sus posibles connotaciones negativas. Después de un poco de auto-reflexión, dejé de usar las palabras el año pasado», explicaba Narita.
Aunque fuera una idea lanzada al aire, parece haber tocado una fibra sensible en Japón. La desigualdad supone un peso excesivo para los jóvenes y la visibilidad en el debate público que ha tenido esta insensible propuesta es casi un grito de socorro.
A vueltas sobre el meiwaku. Los propios japoneses jubilados son conscientes de este asunto. Y tienen una palabra dedicada para definirlo: Meiwaku. Es un término que hace referencia a la carga física, emocional y financiera que suponen para las familias. El caso es que según datos de la Sociedad del Envejecimiento japonesa, el 50% de los mayores de 70 están trabajando o participan en actividades de voluntariado.
En busca de la legalización de la eutanasia. Al contrario que en España, la eutanasia no esta reconocida legalmente en Japón. En el caso de Narita, su madre sufrió un aneurisma de joven y cuidarla le cuesta unos 100.000 yenes, unos 700 euros al mes. Una lucha diaria que este joven profesor ha descrito de la forma más cruda. El problema es que la situación en Japón con el envejecimiento es tan extrema que su idea ha sido más escuchada de lo que debería.