Es recordado por sus discursos populistas, su poder de convocatoria y legado en la política
Este martes 10 de mayo se cumplen 24 años de la partida física del político y abogado José Francisco Peña Gómez. Tanto los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Revolucionario Moderno (PRM) realizarán varias actividades para honrar su memoria.
Conocido como el líder de masas y por ser una de las figuras más prominentes de la política dominicana del siglo XX, Peña Gómez fue discípulo de Juan Bosch y secretario general del Partido Revolucionario Dominicano, alcalde de Santo Domingo (1982-1986) y candidato tres veces a la Presidencia de la República Dominicana (1990, 1994 y 1996).
Cultivó una potable carrera en la política, difícil de imitar, así lo establece su hijo José Francisco Peña Guaba, quien en un artículo da a conocer datos biográficos de su padre.
“Papá debió ser cura de pueblo, pues en él no existía ni una pizca de maldad”, consideró Peña Guaba, quien se sincera al decir que los pasos de su padre son difíciles de seguir: “Ninguno de sus hijos ni de sus discípulos le cargamos la maleta a José Francisco Peña Gómez, es muy pesada la carga que lleva en ella, querer emular su ejemplar vida es tarea ciclópea que por mezquinos intereses, ninguno hemos logrado”, indicó.
José Francisco Peña Gómez nació el 6 de marzo de 1937, en Santa Cruz de Mao. Pese a tener “el color de la noche”, Peña Guaba aseguró que su padre era 100 % dominicano y sus abuelos biológicos también.
Recién nacido, el ilustre Peña Gómez fue adoptado por una pareja de esposos de tez blanca que le inculcaron valores, la fe cristiana y le enseñaron a tener un celo especial por el estudio y el trabajo. Estos fueron Regino Peña y Fermina Gómez.
La precariedad económica familiar en la que vivió Peña Gómez lo orilló a desempeñar el trabajo de limpiabotas.
Quienes lo conocieron de jovencito dan cuenta de que Peña Gómez se destacaba por ser “estudioso, vivaz, pero pobremente acicalado, porque siempre hubo en él desde pequeño ese interés por vestir adecuadamente, correcto y hacendoso”.
Su inteligencia y dedicación le abrió puertas en la vida.
Peña Gómez fue instructor de alfabetización y maestro rural en su pueblo. En 1959 se traslada a Ciudad Trujillo, hoy Santo Domingo, para estudiar locución en Radio Televisión Dominicana y a matricularse en la Universidad de Santo Domingo, a la par servía de profesor del politécnico Loyola en San Cristóbal, donde fue designado como docente por las excelentes recomendaciones que sobre él hicieron sus maestros.
Peña Gómez tenía diversas facetas, era cantor, poeta, lector voraz y políglota. Esas virtudes en un hombre de color “una cosa en esos tiempos, pero con la chispa política por dentro, asumió una línea antitrujillista, y bien llegó la comisión del PRD al país se presentó frente a don Ángel Miolán, quien a vuelo de águila, reconoció en él dotes especiales, asignándole de inmediato responsabilidades que lo llevó a ser el presentador del primer mitin que hizo el PRD en el país”, expone su hijo Peña Guaba.
Destaca que “con su brillante oratoria, convenció a los que lo vieron, que una nueva estrella acababa de nacer, así se le hizo saber de inmediato al profesor Juan Bosch, líder en el exilio de los blancos, quien desde que pisó tierra dominicana colocó a su lado a Peña Gómez, asumiéndolo como su principal discípulo”.
Cuando el profesor Juan Bosch renunció del PRD, Peña Gómez asume el liderazgo de ese partido en 1973 y le hizo frente al Gobierno del extinto Joaquín Balaguer.
“Solo la bravura de mi padre y de sus inseparables amigos en el PRD le plantaron cara al doctor Balaguer y reconstruyeron el partido hasta hacerlo opción de poder en el 1978, para llevar en hombros al Palacio Nacional a don Antonio Guzmán”.
La política para Peña Gómez
Aun con sus ansias de destacarse en la política, Peña Gómez se opuso varias veces a ostentar un cargo sin la voluntad popular. De esta manera relató Peña Guaba qué era la política para su padre:
“El joven y fogoso líder como se le llamaba a papá, no amaba el poder, su pasión y amor era la política, y solo era celoso con su imagen y liderazgo, era de la escuela europea, donde las verdaderas cabezas eran los líderes, y los cargos de los gobiernos eran efímeros o temporales, les puedo decir con sinceridad que mi padre temía que el poder desnaturalizaría su criterio, el apoyo y la confianza popular que nunca defraudaría, es por eso que no aceptó el poder impuesto ante el fraude colosal del 1994, ante el apoyo resuelto de los norteamericanos, donde nos expresó a varios de sus más cercanos colaboradores, ‘que él no era Endara, refiriéndose al expresidente de Panamá’, que fue juramentado en una base militar de los Estados Unidos, por razones similares, pero más de corte histórico, se negó al acuerdo del 2 y 2 con el doctor Balaguer, simple, papá, pese a la oposición de muchos, que queríamos que fuera Presidente por encima de todo, cosa a la que se negó por su alto sentido histórico, porque entendió que no podía terminar su carrera en un antihistórico pacto de poder con el doctor Balaguer, razones de sobra tenía para ello”. Fuente Diario Libre